Así es  el enemigo que se  agazapa en nuestros hogares y que pasa tan desapercibido que ni siquiera llegamos a darnos cuenta hasta  el día en que alguno de nuestros jóvenes queda intoxicado o definitivamente muerto.

Las medicinas almacenadas en los botiquines de nuestros baños, en el cajón de la mesita de noche de los padres o los abuelos, los gabinetes de las  cocinas, son más populares entre los adolescentes que la cocaina, la heroína o las metanfetaminas combinadas.

Las llamadas  "fi...
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